Padua: las murallas y las puertas


Mura VenezianeLas murallas renacentistas fueron construidas después de que Padua, en 1509 durante la guerra de la Liga de Cambrai fue provisionalmente ocupada por las tropas imperiales de Massimiliano de Austria. La ciudad fue inmediatamente liberada, pero el posible peligro llevó el Senado veneciano a ordenar la reconstrucción completa de las murallas. Empezada en 1523 por Bartolomeo D'Alviano, capitán general de la Serenissima, la obra fue continuada por Michele Sanmicheli y en 1544 estaba terminada. El complejo sistema de defensa, organizado en murallas y bastiones formidables, ejemplo de la arquitectura militar del tiempo, convirtió Padua, según los juicios de los contemporáneos, en una ciudad inexpuñable.


Porta Altinate A partir de la Plaza Garibaldi donde surge la medieval Puerta Altinate (1286), una de las tres puertas que han quedado de la muralla más antiguas, con breves trechos todavía visibles en varios puntos de Riviera dei Ponti Romani y Riviera Tito Livio, se recorre sucesivamente la calle S. Fermo (con la homónima iglesia arrimada a las murallas de la municipalidad, que se pueden observar mejor desde afuera, de Largo Europa y Riviera Mugnai) hasta el cruce con la calle Dante y después se llega a la segunda puerta medieval, Puerta de Puente Molino, gran arco ogival sobrepasado por una poderosa torre, a cuyos lados se extienden importantes trechos de las murallas de época municipal.

Más allá del puente, a la izquierda, la Torre de Ezzelino (siglo XIII), defensa externa de las murallas medievales. Recorriendo Plaza Mazzini y Viale Codalunga se llega al Bastión de la Gatta, así llamado porque los defensores de Padua, en 1509, expusieron a los invasores, por afrenta, un gato en una pica.

De aquí se llega a los Baluardos Moro I, Moro II de los Scalzi e Imposible. Siguiendo las murallas se sigue hasta Puerta Savonarola, dedicada a Antonio Savonarola, vencedor de Ezzelino de Romano en Arlesega. Esta maravillosa obra, que juega con los contrastes cromáticos de la piedra de Istria y la traquite gris, fue realizada por Giovanni Maria Falconetto en 1530. Después de la puerta surge el Bastión Savonarola y poco adelante el Baluarde de S. Prosdocimo. Siguiendo se encuentra Puerta S. Giovanni, otra obra de G.M. Flaconetto y el homónimo Bastión. Recorriendo la calle Cernaia, se rodea el bastión Saracinesca y se llega, sobrepasando el pequeño bastión de la Catena (que bloqueaba el acceso de las aguas en la ciudad), a la Torre del Diavolo, principal resto de la Cittadela defensiva en la época Carrarese.

La Specola   

De aquí, recorriendo el bala Riviera Paleocapa, rápidamente se llega al Observatorio Astronómico -La Specola, construido por la Serenissima en 1767 en la Torlonga, una de las torres del antiguo Castillo, imponente estructura defensiva de la alta edad media, ampliada por Ezzelino da Romano y reconstruida por los Carraresi: en el lado occidental se abre la tercera puerta de las murallas medievales, que permite entrar en el Castillo, mientras que el edificio del siglo XIX, hoy ocupado por el Departamento de Astronomía esconde un importante trecho de las murallas que reaparecen un poco más lejos y siguen con varias interrupciones hacia el norte a lo largo de todo el canal Tronco Maestro.

Recorriendo el curso del río hacia el sur, sobrepasado el bastión Ghirlanda, se llega al bastión Alicorno (que se puede visitar), punto más al sur del sistema de defensa del siglo XVI. Sobrepasado el parque Trieste y el Piazzale S. Croce se llega a la Puerta S. Croce (1527), con las estátuas de S. Prosdocimo y S. Jerónimo, y el homónimo bastión (que se puede visitar). Siguiendo las calles G. Bruno y A. Manzoni, que ofrecen a la izquierda la vista completa de las murallas de Michele Sanmicheli con los dos bastiones S. Giustina y del Santo, se llega hasta la Puerta Pontecorvo (1517) también llamada Puerta Liviana, en honor del capitán general de la Serenissima Bartolomeo Liviano D'Alviano.

 

Tomando el percurso peatonal que cruza todo el bloque de los hospitales, se llega en la calle Giustiniani, donde se sigue a la derecha hasta la calle Gattamelata y después se recorre hacia la izquierda la misma calle hasta el Bastión Cornaro, proyecto del Sanmicheli de 1539-40. De aquí por la calle Cornaro y la calle S. Massimo se llega al cruce con la calle Orus donde se disfruta de una vista maravillosa del antiguo puente de las Graelle (los rastrillos metálicos de la aduana), en la confluencia del canal de S. Chiara con el Piovego y el Roncajette. Al final de la calle Orus se gira a la derecha y se sigue a lo largo de la calle Fistomba y se cruza el puente de Ognissanti donde se disfruta de una maravillosa vista de los bastiones Portello Nuovo, Castelnuovo (con puerta fluvial originariamente de uso militar) y Portello Vecchio (que se pueden visitar por la calle San Massimo).

 

Porta Venezia De aquí se toma el Lungargine Piovego hasta la Puerta Venecia (ya Ognissanti). Construida en 1519, a lo mejor por proyecto de Guglielmo Bergamasco, se presenta en piedra de Istria con una torre del reloj. Popularmente se la llama Puerta Portello porque aquí existía un pequeño puerto fluvial donde se paraban los barcos que recorriendo el río y los canales navegables conectaban Padua y su provincia con la laguna de Venecia. Frente a la Puerta, además del puente, hoy en día existe el edículo de S. María dei Barcaroli de 1790, donde los viajeros asistían a la misa antes de embarcarse en los burci.


Siguiendo a lo largo de las murallas, sobrepasado el bastión Pequeño se entra en el parque de la Arena, con el homónimo bastión y se llega a la cuenca de navegación y a la pequeña iglesia de las puertas Contarine (1723), antiguo lugar de articulación del tráfico fluvial: su puente y lo que está cerca de las Grade del Carmine marcan la salida de las aguas de las ciudad y un tiempo estaban cerrados por rastrillos metálicos.