La señoría de los Carraresi

 

Stemma CarrareseSi por Padua el siglo XIII fué bajo muchos aspectos el verdadero comienzo de una nueva época marcando de manera incisiva el aspecto de la ciudad medieval, el siglo XIV fue un siglo marcado por diferentes acontecimientos, siglo de expansión económica y territorial, de la magnificencia del arte y de la ciencia, de la gloria y del aniquilamiento de una de las dinastías más poderosas del siglo, la de los da Carrara. A partir de 1318, cuando la Señoría Carrarese empieza oficialmente, hasta 1405, fecha de la derrota definitiva, los Carraresi, familia dotada de un exuberante orgullo, ávida de poder y de riqueza con un gusto particular por el uso de las armas y de la guerra como solucción a cada controversia, pero al mismo tiempo familia de mecenas iluminados de la cultura, del arte y de la ciencia, caracterizaron todo el territorio paduano dejando como herencia signos importantes, tangibles y sugestivos de sus apasionantes acontecimientos históricos y sobre todo favoreciendo de manera extraordinaria el desarrollo de las artes figurativas y de los estudios científicos en la Universidad de Padua.


Arte y cultura de Corte

Muy precozmente, a lo mejor aún antes que en las otras cortes padanas, en Padua se desarrolló el lenguaje famoso con el nombre de "arte de corte", caracterizado por una elegancia refinada y por novedades iconográficas conectadas con la vida caballeresca, de corte o con la mitología. Durante la larga señoría de Francesco il Vecchio (señor de 1354 a 1388), por lo que atañe a este aspecto, Padua alcanzó su máximo esplendor, testimoniado de manera evidente por las numerosas extarordinarias obras de arte, debidas a la magnificencia de Francesco I, y sobre todo a la pasión por lCastello carraresea cultura y el arte de su mujer Fina Buzzaccarini. La corte carrarese llegó a ser el polo de atración de artistas y literatos, forja de obras de arte y de actividad intelectual, hospedó poetas, pintores, escultores, científicos, médicos y juristas. Padua se convirtió durante el siglo XIV en uno de los centros culturales más importantes de la Italia del norte con reflejos en las principales cortes del Norte de Europa. Extraordinarias personalidades como Guariento, Altichiero, Giusto de' Menabuoi, Andriolo de' Santi, Francesco Petrarca, sólo para citar algunas, encontraron protección y sostén en la corte carrarese.


Los Carraresi y la Universidad

Los Señores de Carrara protegieron la Universidad y no obstaculizaron sus estatutos de autonomía y de libertad. Favorecieron el aflujo de estudiantes de toda Europa y llamaron como profesores en el Bo' los mejores profesores, favoreciendo también su estancia en Padua, llamándole a formar parte de su Cancillería y considerandole como familiares. Obtuvieron con la Bola de Papa Urbano V en 1363 la facultad de teología en la Universidad, facultad que en aquel tiempo existía sólo en la Sorbona y en Bologna.

 

Francesco Petrarca y los Carraresi

"E tardi assai mi mossi e venni a Padova, ove quell'eccelso, non qual si suole fra gli uomini, ma qual cred'io s'usa tra i beati del cielo, m'ebbi accoglienza di tanto gaudio, di tanto amore, di tenerezza tanta ripiena che non potendo a parole fra che altri l'intenda, miglior partito stimo il tacerne" [N.d. T. Vine en Padua donde los señores me acogieron en su casa llena de gaudio, amor.]

Con estas palabras Francesco Petrarca denscribe su decisión de mudarse en Padua, atraído por las continuas llamadas de Giacomo II. De hecho, fue gracias a la invitación Francesco Petrarcade éste Carrarese que Petrarca llegó en Padua, una primera vez en 1348, y de manera más oficial en el més de marzo de 1349 cuando obtuvo la canonjía de Santiago en la Catedral. Este hecho vinculó por toda la vida el poeta a la ciudad, donde sin duda él se encontró a gusto en el férvido clima cultural de la corte carrarese, cerca del culto mundo universitario, y de la instruida iglesia local, donde Petrarca mantuvo estrechas relaciones con el véscovo Ildebrandino Conti, ya conocido en la corte papal de Aviñon. Si los prehu manistas paduanos Lovato de' Lovati, Rolando da Piazzola, Albertino Mussato, Marsilio da Padova habían impulsado el redescubrimiento y la relectura de la clasicidad, explorando bibliotecas y archivos, Petrarca siguió buscando obras antiguas y pudo conducir serena y tranquilamente sus estudios sobre los textos antiguos. Gracias a los continuos afectuosos cuidados de Giacomo II hacia el poeta, Petrarca ensalzó a menudo su generosidad y bontad y sufrió mucho cuando supo de la muerte de su amado mecenas.

Además de la llegada y la divulgación de nuevas ideas la presencia del poeta en Padua conllevío la enstancia en la ciudad de personajes ilustres deseosos de encontrarle, entre los cuales Giovanni Boccaccio, llegado en Padua en 1351, con el que Petrarca vivió intensos días de estudio y de conversación. Francesco I hijo y sucesor de Giacomo II honró al poeta no menos de su padre. Con él instauró una relación familiar, le tomó en consideración sobre todo como consejero en las relaciones diplomáticas, y al final le regaló una casa en Arquà, donde el poeta vivió durante los últimos años de su vida junto a su amada hija, al yerno y a pocas otras personas. Aquí transcurrió días dedicándose de lleno a sus actividades preferidas "Leggere, scrivere, meditare sono al presente come furono fin dalla mia prima gioventù i miei piaceri più cari" (leer, escribir, meditar, son ahora como fueron en mi juventud mis placeres más queridos) hasta su muerte entre el 18 y el 19 de julio de 1374. La tradición dice que murió sobre un código de Virgilio, durante la noche, en su despacho.


El esplendor de un Palacio

El Palacio Carrarese, residencia de los Señores de Padua, fue construido por Ubertino de Carrara a partir de 1338 en el área del Duomo. El Palacio, cuyos restos quedan hoy inglobados en otros monumentos, marcó un nuevo desarrollo particular, moderno y elegante, en la parte occidental de la ciudad. El nuevísimo monumento arquitectónico, abierto en arcadas y patios, rodeado por altas murallas por un perímetro de 600 metros, constituía una verdadera insula en la ciudad, digna demora destinada a hospedar la suntuosa corte Carrarese. El grandioso complejo de edificios que comprendía también el así llamado "traghetto", un largo pasillo pensil sostenido por veintiocho arcos y ancho tres metros que conectaba el palacio y el castillo, destruido en 1777, fue inmediatemente enriquecido por patios internos, huertos y jardines, por tres grandes salas de representaciín decoradas por pinturas al fresco, y por toda una serie de ambientes de servicio como cocinas, cancillerías y habitaciones para los militares de guardia. Hoy en día, de tanta magnificencia sólo quedan pocos testimonios: del nuevo palacio queda la sala de los Hombres Ilustres (conocida como la Sala de los Gigantes) que conserva un único valiosísimo y bastante gastado fresco que representa Francesco Petrarca en su despacho; del viejo palacio quedan el doble pórtico, llamado la Loggia, elegante y refinado ejemplo de arquitectura del siglo XIV, y algunas habitaciones con frescos gastados. En la primera planta de la Academia, en la que hoy es la Sala de las Reuniones (Sala delle Adunanze) se puede percebir al menos en parte la atmósfera de la Capilla privada de los Príncipes. En las paredes hay frescos que cuentan las Historias del Antiguo Testamento realizados entre 1349 y 1354 por Guariento, mientras las maravillosas tablas de madera con las gerárquias angélicas que un tiempo decoraban el techo completando el tema iconográfico de la Capilla se conservan en los Museos Cívicos Eremitani.


Cimera de Ubertino de Carrara

La enseña de la cimera con el sarraceno con los cuernos de oro era el símbolo de Ubertino I de Carrara y después también de Francesco I y Francesco II. Los cuernos de oro fueron añadidos por Ubertino por causa de la traicción de su mujer con Alberto della Scala, mientras las alas de oro son el símbolo de la adquisición de los títulos imperiales. *Imperial sedendo fra più stelle / dal ciel dises' un carro d'onor degno / soto Signor d'ogn'altro più benegno. / Le rote soi guidavan quatro done, / Justicia e Temperancia cum Forteza / ed àn Prudenza tra cotanta alteza*. (madrigal musicado por fra' Bartolino de Padua). El carro, escudo de la familia carrarese, debajo de la señoría de Francesco iVecchio fue interpretado en llave alegórica como símbolo de las virtudes que un gobernante tiene que tener.

 

Stemma CarrareseAffresco Stemma Carrarese

*Imperial sedendo fra più stelle / dal ciel dises’ un carro d’onor degno / soto Signor d’ogn’altro più benegno. / Le rote soi guidavan quatro done, / Justicia e Temperancia cum Forteza / ed àn Prudenza tra cotanta alteza*. (madrigale musicato da fra’ Bartolino da Padova). Il carro, stemma della famiglia carrarese, sotto la signoria di Francesco il Vecchio fu interpretato in chiave allegorica come simbolo delle virtù che un buon governante deve avere.


Tumba de Giacomo II

Situada en la pared norte de la Iglesia de los Eremitani, dicha tumba, junto con la de Ubertino de Carrara, se econtraba originariamente en la iglesia de S. Agostino (que ya no existe, porque fue destruida en 1822). En el momento de las muertes, acercadas, de los dos Carraresi la familia encargó Andriolo de'Santi de los dos monumentos sepulcrales. La tumba de Jacopo II se diferencia por las dos columnas de mármol rosa, la decoración pictórica realizada por Guariento alrededor de 1351, y los ocho dísticos elegíacos de Francesco Petrarca, amigo de Jacopo II. Nacido a los comienzos del siglo XIV, Jacopo II tomó el poder de la ciudad con una acción de fuerza matando el 6 de marzo de 1345 el sucesor designado por Ubertino. Amante de la literatura, Jacopo fue determinante, gracias también a cooperación del obispo Ildebrandino Conti en la llegada en Padua de Francesco Petrarca. Fue apuñalado por motivos de envidia y celo personal el 19 de diciembre de 1350 por un pariente lejano, Guglielmo de Carrara, a su vez inmediatamente masacrado.


Tumba de Ubertino

Colocada exactamente frente a la tumba de Jacopo II, la tumba de Ubertino está formada por un arcosolio y por el atau que està colgado al muro y està sostenido por ménsulas, donde se encuentra acostada la figura del difunto en hábitos civiles. El arcosolio es finemente cincelado a lo largo de los bordes por moSepolcro Ubertinotivos vegetales que en la estructura debajo del arco se alternan con medio cuerpos de Santos y de figuras de ángeles en los penachos. El verdadero sarcófago presenta una Vírgen con el Niño, mientras a lo largo del marco hay ángeles. Ubertino, considerado el primer verdadero señor de Padua, aseguró paz y prosperidad a Padua aliádose con Venecia, en abierto contraste con los Scaligeri de Verona, impulsó numerosas intervenciones edilicias, entre otras la construcción del Palacio (Reggia), impulsó la industria y el comercio, favoreció los estudios concediendo nuevos privilegios a la Universidad. Dado que no tenía hijos legítimos, dos días antes de morir designó como heredero Marsilietto Papafava, que fue matado por órden de Jacopo II después de sólo 41 días de gobierno.