Situada en el centro geográfico de la región Véneto, Padua representa una de las ciudades culturalmente y económicamente más vivas y dinámicas del Véneto. Gracias a su centralidad geográfica y a sus numerosas rutas fluviales, el territorio paduano fue ocupado por el hombre a partir de la antigüedad, llegando a ser en el siglo IX antes de Cristo la cuna de la civilización Paleovéneta, y en la época imperial Padua se confirmò como una de las ciudades más importantes de la Italia romana.
Sin embargo, el desarrollo tanto territorial como económico de Padua y de todo el territorio circunstante remonta a la Edad Media. Alrededor del año mil, inmediatamente después de las últimas destrucciones actuadas por los pueblos invasores, la ciudad volviò a poblarse. En 1049 Enrico III concede al obispo el privilegio de acuñar moneda y en 1089 Enrico IV reconoce al obispo Milone el dominio de la ciudad. El nacimiento de la municipalidad es lento y en el siglo XII llegará a ser una de las municipalidades más importantes de Italia. Padua jugó un papel fundamental en la victoria de Legnago (1176) de la Liga Lombarda, en contra de Federico Barbarroja.
Durante esta época las vías de comunicación terrestres y fluviales son restauradas y el territorio paduano, además que por los comerciantes, es recorrido por peregrinos y viajeros. La abertura del canal Battaglia que pone en comunicación las Colinas Euganeas con Padua y del canal de Piovego entre Padua y Strà en 1209 pone Padua en conexión tanto con las Colinas Euganeas y el campo, proveedores de materias primas, como con Venecia y la laguna. La Municipalidad desarrolla su autoridad en todo el territorio, sometendo los señores feudales de las rocas de Este y de Montagnana, últimos en ceder.
Durante el siglo XIII, siglo de la poderosa municipalidad paduana, se delineó la imagen misma de la ciudad y por muchos aspectos el verdadero comienzo de una nueva época. Es en este siglo que la ciudad vive acontecimientos muy importantes: la construcción del Palacio della Ragione, imponente imagen visual del gran poder de la Municipalidad, antigua sede de los tribunales para la administración de la justicia y del mercado cubierto (1218), la fundación de la Universidad (1222), la construcción de las primeras murallas (1195-1210), la construcción de centenares de torres, de la grandiosa Basílica de S. Antonio que murió en Padua en 1231, la obra maestra de Giotto en la Capilla de los Scrovegni a comienzo del siglo XIV, el florecimiento de personalidades como Pietro d'Abano, médico, filósofo y científico profesor en Sorbona, Albertino Mussato, Frà Alberto de Padua, Marsilio de Padua, Lovato de los Lovati, etc..
Nelle campagne fioriscono gli ordini religiosi, primo fra tutti quello dei Benedettini che nella Saccisica attueranno un ampio piano di bonifiche. I Francescani e i Domenicani si insediano in città. La loro presenza è testimoniata dalle numerosissime chiese, dalle antiche abbazie e dai santuari ancora oggi esistenti sia in città che in provincia.
En los campos florecen las órdenes religiosas: ante todo la de los Benedictinos que en la Saccisica (parte oeste de la provincia) llevarán a cabo un plano de saneamiento. Los franciscanos y los dominicanos se instalan en la ciudad. Su presencia es testimoniada por las numerosas iglesias, por las antiguas abadías y por los santuarios que existen todavía hoy tanto en la ciudad, como en el territorio de la provincia.
La fortuna de la ciudad municipal está en el comercio de los productos del contado, pero la rivalidad entre la nobleza agraria del campo alrededor de Padua y la aristocracia mercantil de la ciudad lleva a una división interna que explotará con el adviento en Italia de Federico II. Las familias de la nobleza agraria tomaron partido en contra del vicario emperial Ezzelino III da Romano, apoyado por la nobleza ciudadana. La guerra abierta lleva a la victoria de Ezzelino que gobernará Padua a partir de 1237 y hasta 1256, cuando los cruzados de Papa Inocencio IV y los venecianos entra en la ciudad terminando su dominio. Todas las cargas políticas de la Municipalidad son por lo tanto confiadas a los comerciantes y a los representantes de las fraglie.
En este periodo la economía paduana se basa casi totalmente en la producción de la lana. El aflujo de extranjeros lleva a una gran expansión de la ciudad. En este momento de gran fortuna económica y de expansión comerical aumentaron las relaciones con Florencia: de aquí la presencia en la ciudad de una verdadera comunidad de comerciantes y banqueros de Toscana que llevará también a la presencia de notables personalidades artísticas e intelectuales toscanas, entre las cuales Giotto.
Una reunificación más estable tuvo lugar durante el siglo XIV con el nacimiento de la familia da Carrara, que durante casi un siglo gobernó Padua y su territorio, determinando su extarordinario desarrollo artístico y cultural (Giusto de' Menabuoi, Jacopo d'Avanzo, Altichiero da Zevio, Giovanni Pisano, Francesco Petrarca, Giovanni Dondi dall'Orologio, etc.) y la potencia político-militar en toda el área del Véneto central. Los Carraresi construyeron un gran estado regional, objetivo que pronto les hizo entrar en colisión con la voluntad de expansión en la tierra firme de Venecia.
Sin embargo, la atención de los da Carrara no se dirigía sólo hacia el exterior: intensa fue su actividad de construcción, incluso la construcción del magnífico palacio (hoy en día ya no existe y ha sido parcialmente englobado en otros edificios históricos) que podía rivalizar con las más imponentes sedes de las cortes europeas, la ampliación de las murallas alrededor de Padua, las fortificaciones del territorio (Castillo de Monselice y de Este, las murallas de Montagnana, el fortalecimiento de las murallas de Cittadella). La corte de los Carraresi fue abierta también a los literatos, los poetas y los científicos y prestó una gran atención a la Universidad, donde daban cursos famosos profesores. El máximo esplendor de la Señoría se alcanzó con Francesco il Vecchio, su mujer Fina Buzzaccarini fue protectora de las artes, hizo construir la iglesia Dei Servi y sobre todo nombró a Giusto De'Menabuoi como pintor de corte, haviendole decorar al fresco el Baptisterio de la Catedral (foto).
También los numerosos castillos, monasterios y abadías remontan al siglo XIV, como la estructura definitiva de las ciudades amuralladas que hoy en día caracterizan tanto el sur como el norte de la provincia, resultado de intensas luchas territoriales de los Carraresi con las señorías de los Visconti y de los Scaligeri y con la Serenissima.
El enfrentamiento con la Serenissima determinò en 1405 la derrota de los Carraresi y el final de la independencia paduana, y en 1406 todo el territorio paduano se sometió a la República de S. Marco.
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